Los toques de corneta, el replicar de tambores y el martilleo de los bombos de la Semana Santa no deberían escucharse este año en las inmediaciones de la vivienda de José Barrera. No por capricho de nadie, sino por mandato judicial. El Juzgado de lo Contencioso número 2 de Cáceres ha dictado medidas cautelares que obligan a dos bandas cofrades de Jaraíz a buscar otro lugar de ensayo alejado de la casa de este vecino. El motivo, las molestias y problemas de salud que la el ruido de los instrumentos generan a José y su esposa.
José ha interpuesto un recurso contencioso administrativo contra el Ayuntamiento de Jaraíz ante el "desinterés" mostrado por el consistorio por solucionar el problema de ruidos que padece cada tarde en los meses previos a Semana Santa. Según explica, desde que llegó al municipio en diciembre del 2009 ha tenido que soportar, un año sí y otro también, cómo las bandas de las cofradías del Calvario y de María Magdalena ensayaban junto a su vivienda, en plena vía pública --ocupando la calle Cerro de las Colmenas, donde reside-- y en una explanada del polígono industrial La Algodonera, a solo 50 metros de su inmueble. "He puesto contraventanas, pero ni aún así. El ruido que genera dentro de la casa nos impide desarrollar nuestra vida con normalidad. No podemos descansar tranquilamente ni escuchar la televisión o hablar por teléfono", apunta. Aunque lo más grave son los problemas de salud que esas molestias pueden estar generando a su esposa. Ella tuvo que recibir atención sanitaria en abril del año pasado por taquicardia al presentar un cuadro de ansiedad por los ruidos, según recogen los informes médicos del Centro de Salud de Jaraíz. Los sanitarios hablan de "estrés acústico". La mujer recibe actualmente un doble tratamiento: uno por parte de la Unidad de Salud Mental del Servicio Extremeño de Salud y otro para su corazón.
Fue eso lo que colmó la paciencia de José Barrera, que durante dos años pidió al entonces alcalde, el Popular Agustín Tovar, y a la Policía Local que adoptasen medidas para que las bandas ensayaran en otro lugar. Lo más que consiguió fue un escrito del regidor, en marzo del 2010, asegurando que había dictado órdenes para evitar las "circunstancias" que motivaban su queja. Ya un año después, en 2011, el Consistorio publicó un bando municipal en el que el edil manifestaba el "apoyo a las bandas y orquestas de las cofradías al formar parte de nuestro patrimonio cultural" y las autorizaba a ensayar y practicar en las vías públicas "en horarios de tarde y a ser posible en zonas de poca densidad de población, de tal manera que aminore las molestias a los ciudadanos".
Las cofradías del municipio han utilizado este entorno para sus ensayos durante los últimos años. Lo suelen hacer entre los meses de enero y abril, hasta que la celebración del día de la patrona del pueblo, la Virgen del Salobrar, ocho días después de Semana Santa. La calle se encuentra en una zona periférica de Jaraíz, junto al polígono La Algodonera y próxima al polideportivo municipal. Se trata de un área urbanizada durante la última década y a la que también se ha trasladado el mercadillo ambulante que se celebra cada jueves.
"No tengo nada en contra de las cofradías ni de la Semana Santa. Merecen todo mi respeto", puntualiza José, que ante la inacción y el silencio del Consistorio ha interpuesto un recurso contencioso administrativo. En él pide al juez el cese y reubicación de los ensayos de estas cofradías. Aporta como prueba las mediciones realizadas en el interior de la vivienda por una empresa especializada en ruidos; estos informes técnicos constatan un nivel de ruidos que supera los 56 decibelios "con puertas y ventanas cerradas", un nivel "intolerable" según la clasificación establecida en la legislación vigente. También pide una compensación por daños morales: 3.000 euros.
De momento el juez mantiene abierto el caso y, a la espera de su resolución, ha decidido cautelarmente que las orquestas no pueden ensayar en las inmediaciones de la vivienda de este vecino. Desde el Ayuntamiento, ahora gobernado por el socialista José Bonifacio Sánchez, quitan hierro al asunto y creen que la controversia se solucionará sin mayores problemas, reubicando a las cofradías afectadas, que al menos este año tendrán que irse con su música a otra parte.
AITOR FERNÁNDEZ
El Periódico Extremadura
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