Proteger lo suyo, por lo que tanto han trabajado y que además es su medio de vida. Ese es el objetivo de las personas que se han unido a las patrullas vecinales que recientemente han comenzado a funcionar en Losar de la Vera. Están cansados de los robos que vienen padeciendo en fincas y explotaciones ganaderas.
El problema de los robos no es nuevo. Lo sufren con frecuencia. Al igual que en muchas zonas rurales, los amigos de lo ajeno aprovechan que la mayoría de las explotaciones agrícolas quedan vacías cada invierno (los propietarios trasladan su residencia a la población con la llegada del invierno, cuando cesan las tareas agrícolas) para apropiarse de maquinaria, riegos, animales y cualquier cosa a la que se pueda sacar un rendimiento, por mínimo que sea, en el mercado negro. El cobre sin duda es lo más preciado, pero es que en los últimos meses está desapareciendo de todo, incluso animales, enseres domésticos y hasta cuadros.
De los acontecimientos dan cuenta a este diario Javier Rubio y Pedro Paniagua, dos de los integrantes de las patrullas vecinales. En la misma finca El Robledo, Paniagua explica como él ha optado por seguir viviendo todo el invierno en el campo, mientras el resto de la familia lo hace en la casa que tienen en el pueblo. "He preferido quedarme aquí porque hay mucho peligro. Yo que estoy por aquí siempre veo como cada noche pasan coches extraños, que no son de la zona, entre la una y las tres de la madrugada. ¿Qué vienen a hacer? Seguro que nada bueno", lamenta.
Organización
Al margen de iniciativas personales como esta, cerca de un centenar de agricultores y ganaderos de El Robledo se han organizado en patrullas de dos personas, siempre en colaboración y contacto con efectivos de la Guardia Civil y Policía Local. "La verdad es que es mucho terreno, unas 700 hectáreas, y las fuerzas de seguridad no pueden llegar a tanto. Aun así nos visitan dos o tres veces cada día", matiza Rubio. Todas las noches salen dos patrullas, desde la puesta del sol hasta primera hora de la mañana siguiente.
Cada una de ellas recorre más de medio centenar de kilómetros por los caminos y carreteras que discurren entre las aproximadamente 90 explotaciones que conforman El Robledo. Van dispuestos a dar la voz de alarma y ahuyentar a los ladrones.
Las patrullas estarán en funcionamiento hasta finales de abril o primeros de mayo, cuando el grueso de vecinos regresa a las fincas.
La gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los afectados es la sucesión de robos acaecida en los últimos días, en los que se han llevado riegos por aspersión, baterías de tractores e incluso animales. "Además de lo que se llevan está el daño que hacen, lo que rompen para llevarse lo que sea", denuncian. En alguno de estos robos, la suma de lo sustraído y el daño causado al forzar accesos y demás superaba los 5.000 euros.
Para finalizar Paniagua ponía un ejemplo de la avidez de los ladrones, que literalmente están arramblando con todo lo que encuentran a su paso. "Entraron en una vivienda y la desvalijaron completamente. Se lo llevaron todo, desde la ropa y la carne de la nevera hasta los sillones e incluso los cuadros", concluye.
E.G.R.
Diario HOY
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