Todos, en esta rueda de la vida, nos reímos unos de otros, con nuestras acciones u omisiones. Antes, un PSOE que ahora se rasga las vestiduras sin pudor ante la entrega de sobres con sobresueldos; no se acuerda de cuando ellos daban la callada por respuesta por un partido democrático, obrero y español que engendró en su seno a grupos antiterroristas que les hizo mancharse las manos de sangre.
Tampoco se acuerdan, o al menos, no interesa que se acuerden, que las empresas fantasma FILESA, MALESA y TIME EXPORT, fueron el eje vertebrador de una trama de corrupción por financiación ilegal del PSOE que sí fue judicialmente sentenciada, y condenados sus más directos artífices. Otras, al menos hasta la fecha, se han iniciado, pero nunca han acabado con sentencias firmes condenatorias.
De cualquier forma, al Rey lo que es del Rey...y con este doble sentido de la frase, "la Ley es igual para todos los españoles"... y por lo tanto, acabar con la corrupción en todos los niveles políticos debe ser ahora más que nunca, la prioridad principal del Gobierno de Rajoy.
Quizás sea cierto aquello de que quien ríe el último, ríe mejor; pero yo he observado que todo es un ciclo, y que aquellos que un día se rieron, con su irónica sonrisa, ahora, con lágrimas amargas, les pase factura y tengan con el llanto que pagar.
Seguro estoy que este último párrafo de mi artículo de opinión les haga frotarse las manos endiabladamente a algunos lectores porque les vendrán a la memoria aquel concejal, alcalde de turno, vecino venido a menos... En fin, ya saben de lo que estoy hablando. Pero cuidado, cuidado...que cuando las barbas de tu vecino veas...
José María Hernández García
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