Foto: A.V.
Poco más de 24 horas quedan para que 'los empalaos' de este año comiencen a cumplir su particular manda en torno a la celebración de Los Empalaos. Aunque se trata de un rito rodeado de misterio, se espera que en torno a medio centenar de penitentes -y miles de visitantes- recorran las empinadas calles de Valverde de la Vera, tan solo ataviados con unas enaguas y un velo traslúcido, portando sobre sus espaldas un pesado timón de arado, a su vez sujeto a los brazos y tronco con una gruesa soga.
La salida de Los Empalaos tendrá lugar a partir de la medianoche del Jueves al Viernes Santo, pero su punto de partida es todo un secreto. No obstante suelen elegir el domicilio familiar, donde es debidamente ataviado, ayudado por sus familiares y amigos más cercanos. Allí quedará semidesnudo para taparse con unas enaguas desde la cintura, mientras que el rostro quedará cubierto con un velo traslúcido para preservar su intimidad a la vez que permitirle adivinar el camino en la oscura noche.
Con anterioridad deberá mantener los brazos en cruz para que sus colaboradores lo aten al timón de un arado. La maroma que une extremidades y el pesado madero proseguirá a lo largo del tronco del penitente, comprimiendo pecho y vientre. Así hasta la cintura, justo hasta donde parte la enagua.
Seguidamente se le colocará una corona sobre la cabeza que a su vez servirá para sujetar el referido velo, así como dos espadas cruzadas a las espaldas en forma de V, sendas sabanillas a ambos lados de los hombros y dos o tres vilortas (aros metálicos utilizados antaño para asir el timón al arado) en cada extremo, cuyo tintineo producido por el movimiento servirá para anunciar al empalao a medida que avance en su Vía Crucis.
Descalzo y acompañado por familiares y amigos, así como el cirineo, figura principalmente representada por un familiar muy allegado, quien portará un pequeño candil, vestigio de épocas pasadas en las que no existía alumbrado público y era necesario iluminar el camino para que el empalao no tropezase. El recorrido lo llevará por distintos puntos del casco urbano (un máximo de 14 estaciones) donde existen cruces, frente a las que se arrodillará para rezar una oración. La comitiva también se arrodillará al cruzarse con otro penitente, ya sea empalao o nazareno, penitencia esta última reservada para las mujeres en la que visten una túnica y portan una cruz de madera.
Liturgias anteriores
Pero los actos religiosos comenzarán antes. Al mediodía de mañana, Jueves Santo, tendrá lugar el traslado del Cristo a la iglesia, seguido de la celebración comunitaria de la penitencia. A las seis de la tarde llegará el turno de la misa de la Cena del Señor, seguida dos horas después de procesión y canto de los Gozos al Santo Cristo.
A las diez y media de la noche será el canto de la Pasión y la Hora Santa, dando paso al Vía Crucis de los empalaos, desde la medianoche hasta bien entrada la madrugada. Como cada edición, los fieles piden a los visitantes que guarden silencio y muestren respeto a la celebración, como así reza en distintos carteles distribuidos por el municipio.
ELOY GARCÍA
Diario HOY