Imagino que al igual que la mayoría de los sensatos ciudadanos que pueblan el reino de España, estamos en contra de lo que es una contradicción moral e insolidaria 'a priori', y que deja mano libre a los ladrones de cuello blanco, a la sazón defraudadores de la Hacienda pública del país que les paga gran parte de su seguridad, su salud, la educación de sus hijos, sus carreteras...y a la vista de lo dicho, prácticamente la totalidad de sus impuestos.
Si bien considero que el Gobierno de Rajoy es serio y está gobernando "como Dios manda"; no es menos cierto, y es mi opinión personal, que puede estar equivocada; que poco o nada me gusta el Ministro de Economía, Luis de Guindos, por ser correligionario de los insaciables holdings financieros, y que desde la innombrable Letman Brother's, no fue capaz de prever el nefasto desenlace de este imperio del engaño bursátil, que fue raíz y origen de la hecatombe económica que sacude aún a muchos países, entre ellos, su nación, España.
La demagogia, las mentiras, el cinismo, la falta de responsabilidad, son el normal elenco de acciones y actitudes lanzadas en estos días en que el Gobierno anuncia, eufemísticamente, la llegada de un 'Gravamen Especial', mediante el cual se pretende que afloren unos 2.500 millones de euros de dinero negro y 'B', a razón de la módica cantidad de un 10% de lo blanqueado al fisco.
Y, digo yo, ¿qué necesidad tienen los defraudadores de complicarse la existencia, si hasta ahora nadie les molestó, y por lo tanto, no fueron ni siquiera perseguidos, y permanecieron en el desconocimiento general? No nos engañemos, a estos, como a los españolitos de a pie se nos hace, se debe imponer aquello de "Al rebelde, la Ley", que diría Santiago Carrillo, si no recuerdo mal... Y que no me vengan con monsergas los postergados 'sociolistos' de turno, porque ellos fueron los primeros en apuntarse al carro de la corrupción y a las empresas tapadera y con contabilidades 'B'...Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, que ejemplos hay muchos, y todos los sabemos, aquí y acullá...
Habrá que esperar hasta noviembre que no expira el plazo de aplicación de esta nueva medida para ver sus resultados; pero creo que más efectiva hubiese sido la que ya en su momento aplicó el acérrimo socialismo felipista allá por los primeros años 80 cuando se permitió poner ese dinero negro en “obligaciones del Tesoro” a tipos reducidos del 1,5% durante varios años, que aunque prácticamente opaco, legalizaban el dinero.
De esta manera, el Gobierno hubiese matado dos pájaros de un tiro, o tres... y nunca mejor dicho: al defraudador, por un lado; y por otro, vende deuda que tiene a mansalva y, además, a un tipo extraordinariamente reducido, cuando está pagando en intereses de deudas cantidades astronómicas, que según el citado De Guindos, llegarán a suponer "hasta el 80% del PIB nacional". Finalmente, el Gobierno consigue controlar a estos defraudadores que estarían soportando una parte de la carga fiscal que supone la crisis, costeando un porcentaje de la insoportable deuda nacional que nos hunde y asfixia.
José María Hernández García
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