El verano avanza inexorablemente, aplastándonos cual apisonadora, y no por su calor, sino más bien por los acontecimientos. En parecidas circunstancias a las actuales, en el estío americano de 1963, Martin Luther King, decía que tenía un sueño; y ese sueño de libertad e igualdad hacía que millones de negros se pegaran a las televisiones de la época.
Si más que nunca en democracia los versos de Rosalía de Castro resuenan..."Es feliz el que soñando, muere. Desgraciado el que muera sin soñar"...por supuesto, nos queda el derecho al pataleo y a expresar públicamente la rabia interior de que lo que padecemos son pesadillas.
Ya no es cada viernes 'de dolor', ahora es la semana entera dolorosa, y para muchos, cada vez más, el año completo. Bajo el paragüas de "la convicción de que hacemos lo que debemos hacer. Y de que éste es el único camino que conduce a la recuperación, al crecimiento y al empleo", Rajoy anuncia recortes económicos, y lo que es peor, sociales, que se ensañan con los españoles de a pie. Y todo ello, para recaudar 65.000 millones de euros que dará en préstamo la subyugante Unión Europea a cambio de rescatar al rebaño de cínicos e 'hijo putas' gestores de entidades financieras que en tiempos de bonanza acaudalaron sus beneficios sin límites de ningún tipo, y ahora, nacionalizan sus abismales pérdidas, sin contemplaciones.
Hasta un ignorante en economía (y yo soy uno más), duda mucho que estas medidas de recortes vayan a reactivar la economía, sin embargo, al final, como siempre, aguantaremos con estoicismo la situación. Pero lo que de verdad encona a los españoles es la impunidad para los delitos de corrupción, que más que castigados con rigor, son premiados con amnistías y fidelidades de partido. Y por supuesto, que no se corte de raíz, de una vez por todas, 'con la que está cayendo', con instituciones obsoletas que no son más que un pozo sin fondo de derroche.
Mucho me temo que aún habrá más, porque cuando suena la voz entendida alemana que aconseja pedir ya el rescate 'total' para España, no acabaremos 2012 con Rajoy en La Moncloa. Al final va a ser verdad aquellas palabras de Chéjov de que "La felicidad no existe. Lo único que existe es el deseo de ser feliz".
José María Hernández García
No hay comentarios:
Publicar un comentario