
Me aturden pensamientos de este tipo, en mi casa, junto a un ventanal inundado por la luz pálida de esta mañana lluviosa de noviembre. Y frente a mí, veo cómo el otoño con su espléndido cortejo de oros, malvas y rojos nos envuelve, y nos trae, no sólo esta fantástica variación cromática de la naturaleza, sino también la melancolía, una mezcla de paz y vaga tristeza: una tristeza sosegada.
Pintaron de gris el cielo, y el suelo fue abrigándose de hojas, cantaba en su Balada de otoño Joan Manuel Serrat. Sin embargo, ahora un rayo de sol hace magia con sus reflejos; y esas hojas mojadas, esos pardos tejados húmedos, brillan y deslumbran con su luminosidad. Y el arco iris, como colofón espectacular, aparece y tanta belleza queda enmarcada, perfecta para ser recordada.
José María Hernández García
No hay comentarios:
Publicar un comentario