¡Qué poco nos va a durar la silla!

Con lo que le ha costado a Rodríguez Zapatero conseguir una silla en la reunión del G-20 -en diplomacia y no sabemos si en algo más- y me parece a mí que poco nos va a durar. Ahora resulta que Sarkozy también le ha dado una silla a Holanda porque, oye, en PIB ocupa el decimoséptimo puesto, pero tienen el séptimo sistema financiero más grande del mundo. Pero más que la presencia de Holanda me preocupan los argumentos que el presidente defenderá allí. La fundación Ideas, que dirige el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, ha elaborado un documento para que Zapatero lo defienda en la cumbre del G-20, y no tiene desperdicio. Si Zapatero sigue el guión que le pide su partido, España no aguanta el primer asalto en la cumbre. Los ataques al neoliberalismo y a las políticas económicas de Estados Unidos son constantes y no parece muy adecuado atacar al anfitrión en un convite al que hemos sido invitados de rebote. No me cabe ninguna duda de que Zapatero comparte palabra por palabra el documento de los socialistas, pero me queda la esperanza de que al menos el presidente del Gobierno haya aprendido la lección y sea algo más diplomático en sus planteamientos, aunque sólo sea porque siete minutos, los que tiene para hablar, no dan para mucho. Y si el lío de la cumbre, la crisis financiera y la nuestra propia fueran pocos, ahora vienen los rusos y dicen que se quieren comprar un pedazo de Repsol. ¡Sólo nos faltaba eso! Nos tiramos años liberalizando, privatizando, quitando al Estado español el control de las compañías energéticas para que ahora vengan otros Estados, y nada menos que el ruso, a controlar nuestras empresas. Mal está que Enel, al final, se vaya a hacer con el control de Endesa, pero al menos es una empresa de la UE -no sé si es un consuelo-; pero privatizar Repsol, nuestra principal compañía petrolera, para que venga el Estado ruso a hacerse con su control, ya es mucho. Desde luego esta operación no hay por donde cogerla, lo dice hasta la Comisión Europea, espero que ZP lo tenga claro. YOLANDA GÓMEZ ABC