La fe que cura

Vaya por delante que jamás he sido un católico practicante y que siempre me regí por la educación de probidad y bondad "inconsciente" que mis padres me han dado; y actualmente, me consideraría un agnóstico ecléctico que busca y curiosea en las distintas religiones, seleccionando lo que creo mejor de cada una de ellas...curiosamente todas tienen mucho en común, y paradójicamente, todas muestran las enseñanzas de mis padres: no robar, no matar, no tratar mal a los padres, ayudar a los que lo necesitan, etc. Hace unos días, viendo "Anatomía de Grey" se mostraba cómo una enferma curaba a otros y la curaban a ella misma de una malformación cardíaca a través del rezo, de la fuerza de los creyentes, del poder de la fe. En varias ocasiones han llegado a mis manos artículos que versaban sobre la opción terapéutica del rezo, y aunque nunca he creído demasiado en ello, sí es cierto que siempre he justificado a los creyentes diciendo que la fe cura y es una medicina gratis y accesible a todos, lo cual ya es muy positivo; mientras que otras "adoraciones" me parecen poco menos que necias. Y es que al parecer los creyentes viven más que los ateos, -a los cuales, por otra parte, tampoco comprendo en muchos de sus absurdos comportamientos-. Por extraño que parezca me sorprendió saber que esta posibilidad terapéutica ha sido estudiada desde el punto de vista científico, considerando en los estudios previos los posibles sesgos de selección de individuos, los malos días de los orantes, las "dosis" de rezo que recibe el enfermo, la administración de otras dosis externas de rezo (quien garantiza que además del sacerdote no esté rezando la familia del enfermo) o de otras influencias sobrenaturales externas (vudú, mal de ojo), el que las dosis recibidas sean de calidad, es decir, rezos sinceros y con sentimientos, etc. Al final, y a raíz de todas estas objeciones, los científicos concluyen que no existen garantías "científicas" de este método terapéutico. Sin embargo, y reiterándome en lo dicho al principio de este artículo, ¿qué mal puede traer el creer en este tratamiento? ¿por qué no practicarlo y pedir, y agradecer, que lo practiquen por nosotros? La fe, además de mover montañas, cura. José María Hernández García