
El Monasterio de Yuste acogerá desde este jueves, 19 de junio, y hasta el 21 de septiembre la exposición "Carlos V en Yuste, Muerte y Gloria Eterna", en la que se pone de manifiesto que la localidad cacereña fue el emplazamiento elegido por Carlos V para su retiro y el Monasterio su morada a la hora de morir.
La muestra, que ha sido inaugurada por los Reyes de España en la sacristía del Monasterio, ha sido organizada por Patrimonio Nacional e incluye objetos originales que aparecen en la referencia documental del "Inventario de los bienes que quedaron de su Majestad en Yuste al tiempo de su fallecimiento", realizado el 19 de noviembre de 1558.
Con ella se ha pretendido hacer un repaso de las distintas colecciones que el monarca llevó desde Bruselas a Yuste, ya que en ellas se reflejan de manera más clara las preocupaciones personales de Carlos V durante su retiro extremeño, y conmemorar el cuatrocientos cincuenta aniversario de su fallecimiento, dando a conocer los últimos años de su vida, en los que, al abdicar sucesivamente de todos sus estados, pretendía, según los cánones de la época, dedicarse a los pensamientos religiosos y prepararse para el tránsito final.
En concreto, según ha explicado Patrimonio Nacional a través de un comunicado, la muestra se presenta en la Antesacristía, antigua sacristía de la Iglesia de Yuste y en la Sacristía, antaño el refectorio conventual.
Así, en el primer emplazamiento se albergan los carteles que permiten conocer el discurso expositivo y en la segunda sala se acoge la exposición misma, cuyo contenido se ha elegido de acuerdo al criterio de verismo de las piezas, según el inventario de los bienes que quedaron en Yuste al tiempo de su fallecimiento, realizado en 1558 y otras relaciones que se consultaron en el Archivo de Simancas y que enumeran los depósitos artísticos de Carlos V.
Igualmente, se incluyen obras que son recordatorios o réplicas de las que existían en la época imperial. Además, como excepción se cuelgan tres cuadros historicistas del siglo XIX, de temática vinculada al Emperador y que completan algunos episodios de su estancia en Yuste.
Estructurada en cuatro capítulosCabe destacar que esta exposición está estructurada en cuatro capítulos, desde la abdicación del Emperador, ilustrada con una reproducción de las estampas de Franz Hogenber, hasta su muerte en Yuste.
En este sentido, los objetos que el monarca llevó desde Bruselas hasta Yuste permiten conocer sus últimas preocupaciones: la preparación de su muerte y la dedicación a sus aficiones más queridas, que no eran otras que la astronomía, los relojes, la historia y el naturalismo.
Esta muestra consta de trece cuadros entre los que cabe destacar el Retrato de Carlos V de Juan Pantoja de la Cruz, unos retratos de Carlos V y su bienamada esposa Isabel de Portugal, anónimos flamencos del siglo XVI, un Ecce-Homo sobre un original de Tiziano, otro Retrato de Leonor de Austria, anónimo español del siglo XVI, copia de un original de Antonio Moro.
Contiene además once grabados, que reflejan distintos aspectos de la vida del Emperador y que normalmente se encuentran depositados en el Monasterio de El Escorial: un Retrato de Carlos V (1550) de Enea Vico, o La Batalla de Mülhberg que tuvo lugar el 24 de Abril 1547, éste de la colección escurialense y obra del mencionado Enea Vico y de Giovanni Battista.
Otras piezas a destacar son el Altar Portátil de Carlos V realizado en platería, la réplica de la Silla-litera de viaje que se conserva en el Museo de Carruajes de El Palacio Real de Madrid, relojes, libros como el Breviario de Carlos V, medallas, esculturas y armas. Para revalorizar esta exposición, en colaboración con la Fundación Banco Santander, se ha publicado un catálogo.
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