El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, se ha declarado en rebeldía, concepto procesal muy apropiado para definir la situación de ausencia en la que se encuentra actualmente ante la huelga de funcionarios de Justicia no transferidos a las comunidades autónomas, que ya ha causado unas dilaciones en los pleitos que tardarán un año en repararse. Al margen de las razones que aleguen los huelguistas -respaldados, por otro lado, por amplios sectores judiciales-, es incomprensible que el ministro no haya dado ningún paso político para resolver esta verdadera crisis que lleva ya un mes colapsando la Administración de Justicia. Realmente no hay motivos para la sorpresa. Su paso por el Gobierno ha respondido a las expectativas de su carrera como fiscal, con una fama basada más en su militancia política que en su calidad como funcionario. Lo mismo ha sucedido al frente del Ministerio, en el que ha estado más pendiente de tener ocurrencias contra el PP -y de hacer reformas en la vivienda oficial-, que de asumir su responsabilidad. Eso sí, como candidato tampoco ha defraudado. Siendo fiscal, ni sus compañeros de la asociación progresista ni sus colegas del Consejo Fiscal votaron por él para cargo alguno. En Murcia, su candidatura le ha dado al PP la victoria más abultada de toda España. Aun estando hoy en funciones, está resultando todo un fichaje de Rodríguez Zapatero.
Editorial del diario ABC
16/Marzo/08
No hay comentarios:
Publicar un comentario