Las encuestas de jueves, viernes y sábado anteriores al domingo electoral han dejado las cosas más claras, confirmando lo que algunos anticipamos. A Eta le convenía que ganara Zapatero las elecciones y midió de forma certera la atrocidad de asesinar a un exconcejal socialista. El precedente de Enrique Casas avalaba la decisión. Asesinó para provocar la reacción conmovida de ciudadanos que no hubieran ido a votar, así como el trasvase de sufragios de otros partidos al PSOE. Las cifras de las encuestas resultan incuestionables.
Zapatero perdió las elecciones municipales por la reacción popular irritada a causa de las indignidades en el proceso de rendición ante Eta. El comunicado del 4 de junio, espontáneo o pactado, era la fórmula para que Zapatero pudiera echar tierra sobre la ignominia hasta el 9 de marzo. Como el PSOE no hubiera resistido un atentado semanal con muertos, Eta se comprometió a atentar, para estar presente, pero no a matar. Los dos guardias civiles asesinados en Francia fueron un "incidente fortuito". Los numerosos atentados de estos meses, por los lugares y las horas, no pretendían matar a nadie.
Para redondear su apoyo a Zapatero, Eta realizó el calculado asesinato del socialista Isaías Carrasco con el resultado que ahora las encuestas confirman. Con los terroristas nunca se puede afirmar nada de forma rotunda. Pero la mayor parte de los analistas sagaces comparten lo que yo he anticipado reiteradamente: Zapatero volverá a negociar políticamente en cuanto encuentre el pretexto adecuado. Tras el primer tiempo del partido, vino el descanso entre el 4 de junio de 2007 y el 9 de marzo de 2008. Eta y Zapatero saltarán al campo para jugar el segundo tiempo.
Luis María Anson
de la Real Academia Española
Opinión
"El Imparcial.es"
14/Marzo/08
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