Nunca un lacónico "adiós" ha dado tanto juego como el de Rajoy en la ventana de Génova. Se han hecho mil preguntas sobre su significado y se han dado mil respuestas. Yo tengo para mí que dijo "adiós" como podía haber dicho "hasta luego" o "ya nos veremos". Quiero decir que en aquel momento de cierta emoción, ese "adiós" es lo primero que se le vino a la cabeza. Pero cabe otra posibilidad: que realmente pensara dejar la cosa y que, asustado por el carajal que podría montarse, decidiera después seguir hasta el Congreso de su partido. La duda que puede haber es si esa continuidad de Rajoy "con su equipo" será efectivamente para presentarse a candidato dentro de cuatro años o para preparar un delfín en partido pacificado y sin luchas personales.
Lo de "su equipo" es otro tema debatido. Ya se ha ido Zaplana y Acebes, seguramente, se irá también antes de no estar en la futura lista del presidente. Hay que remontarse al 2004 para entender, quizás, algunas cosas. Rajoy, convencido entonces de su triunfo, se rodeo de una serie de gente que iba a estar en el Congreso pero no a formar parte del Gobierno. Para ocupar las carteras tenía otros nombres previstos, los realmente suyos, seguramente, que tras perder la elecciones se quedaron en tierra de nadie y ahí es posible que sigan.
De cara el futuro inmediato parece claro que o Rajoy piensa en el PP y no en débitos de su corazón, o caminará, otra vez, hacia el fracaso. La operación no es fácil, pero en política, todo es posible. Si el nuevo portavoz parlamentario es Pizarro, las cosas no irán bien. Para quien quiera tomar nota, ahí va mi particular receta: en el equipo del futuro candidato a presidente del Gobierno por el PP, para empezar deben estar, en igualdad de condiciones, Esperanza Aguirre y Gallardón; ¿deliro? No, digo lo que un líder debería hacer: reunirse con los dos no para negarles sino para decirles que hasta aquí hemos llegado, que van a estar los dos, les guste ahora o no, y que van a trabajar juntos, y como la historia está llena de congelados que se fueron de los partidos (algunos del PP) aceptarían y retomarían las relaciones que nunca debieron perder. Gallardón es tal vez el mejor dialéctico de la derecha y Aguirre una liberal centrada con un modelo clarísimo de sociedad sin complejos que le hace mucha falta a los de Génova.
No tener a estas -y otras- personas en el equipo de decisiones del partido, es un lujo que el PP no se puede permitir. Que busquen en las comunidades, en el Senado, en el Parlamento Europeo y allí encontrarán gente muy válida con un discurso moderno y de verdadero centro.
Del congreso de junio anunciado por Rajoy debe salir, si es que buscan el futuro, un PP más preocupado por toda sociedad sin necesidad de alinearse permanentemente con los votantes de la misa de 12. Hay que plantearse objetivos serios y no perder media legislatura -es sólo un ejemplo- y no sé cuantas manifestaciones por una asignatura llamada "educación para la ciudadanía" que se mire por donde se mire es una anécdota absurda elevada a categoría por absurdos y miopes intereses partidistas. No se trata de oponerse por sistema a todo sino de proponer un modelo que no sólo puede coincidir con el del PSOE sino que, en muchos casos, debe porque el margen de maniobra es cada vez mas estrecho. Y coincidir con el Gobierno no es que no sea malo sino más bien al contrario, tranquilizador para la sociedad y generador de confianza.
Lógicamente el PSOE debería aplicarse otra dosis de racionalidad y tratar de buscar puentes con el PP en lugar de los impresentables "cordones sanitarios". Son necesarios pactos de estado que garanticen el futuro en temas fundamentales y es hora de hacerlos. Si los dos grandes fueran capaces de entender que no es tan difícil en pleno Siglo XXI ponerse de acuerdo en muchas cosas, este país avanzaría de golpe siete leguas; si los nacionalismos siguen siendo los que marcan la agenda del Gobierno, volveremos a las andadas, es decir, al pasado. De la visión de estado y no del cicatero partidismo, depende en gran medida el futuro de España. Gobernar y estar en la oposición es algo mucho más serio que ganar votos.
Andrés Aberasturi
OPINIÓN
Diario Crítico
16/Marzo/08
No hay comentarios:
Publicar un comentario